Concebido originalmente para Palacio del Gobierno Provincial, se construyó sobre el foso de las demolidas murallas de La Habana. Su planta rectangular se desarrolla alrededor de un patio central y está rodeado de jardines por sus cuatro fachadas. Originalmente contaba con tres niveles, pero en la década de los años 40 se le amplió un cuarto piso para ubicar la guarnición. En la planta baja, jerarquizando la fachada por la calle Refugio, posee un pasaje para carruajes que precede al gran vestíbulo con la escalera principal de mármol de Carrara; ésta fue rematada por una cúpula cubierta en su interior con cerámica policromada, que incluye cuatro pechinas decoradas por Esteban Valderrama y Mariano Miguel González sobre un fondo de láminas de oro de 18 quilates. En el segundo piso, sobre el pasaje, existe una amplia terraza que comunica con el Salón de los Espejos, espacio principal de este nivel que mide 30x11 m y posee una rica decoración interior en techos y paredes, obra de los pintores Armando Menocal y Antonio Rodríguez Morey. Además, en este piso se encontraban el despacho del presidente; el Salón Dorado o comedor presidencial, con un tríptico de Leopoldo Romañach; y otras dependencias del gobierno. En el tercer nivel se ubicó la residencia del presidente. Los muros exteriores son de cantería sin revestir y los interiores, al igual que las losas de entrepiso y cubierta, de hormigón armado. La cúpula fue terminada exteriormente en terracota. Se emplaza frente a un espacioso parque y sus fachadas cuentan con un interesante juego de volúmenes, en el cual la cúpula resulta significativa. Su diseño no mantiene el mismo nivel en todos sus componentes. Contrasta el lujo de las fachadas y los salones principales con la pobreza espacial del patio interior, e incluso con la solución del vestíbulo y la caja de escalera principal.