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• Seminario de san Carlos y Ambrosio
El seminario de San Carlos es uno de los edificios más importantes del período colo¬nial, no sólo por lo que significó como centro de educación donde se formaron algunos de los más destacados intelectuales cubanos, sino también porque su arquitectura introduce elementos novedosos para la época.
Originalmente «Colegio San José» de la Compañía de Jesús, el edificio fue destina¬do a seminario luego de la expulsión de ésta de España y sus territorios. En 1774 se inauguró el curso bajo el nombre de Real Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio. El edificio, de muy grandes dimensiones, se desarrolla en torno a un extenso patio claustral. La galería que lo rodea en planta baja es de arcos de medio punto sos¬tenidos por columnas monolíticas de piedra. Una primera particularidad que ofrece, enfrentada a la portada de acceso, es un arco mixtilíneo de original diseño, flanqueado por otros dos ojivales muy pequeños, que descansan en columnas pareadas. A su vez, la galería de la planta alta presenta una arcada que descansa en dobles columnas, solución única en la arquitectura habanera de entonces. La tercera planta, ubicada a considerable altura y que rodea el patio solamente en dos de sus lados, es de pies derechos de madera y techo de tejas. De interés es también el acceso a la escalera con una disposición de muros que acentúa la perspectiva y con un dintel trapezoidal; y la propia escalera, cubierta por una bóveda de cañón.
La fachada por San Ignacio ofrece como único motivo de atracción la portada, compuesta por tres niveles superpuestos y escalonados, con un complejo remate barroco; la puerta que repite el dintel con los ángulos achaflanados, y los dos pares de pilastras adosadas que la flanquean, extrañamente poco decorados.
La fachada por Tacón era originalmente muy neutra, un gran lienzo de pared con una distribu¬ción irregular de ventanas. Fue totalmente transfor¬mada de 1946 a 1950, con un diseño barroquizante basado en el de la fachada de la Catedral.
