De la primitiva edificación levantada en este lugar hacia 1640 y conocida como Ermita del Humilladero, sólo resta el recinto y la cubierta de alfarjes de la nave central. Hacia 1755 el templo fue reconstruido con planta en forma de cruz latina y fachada de apariencia barroca compuesta por dos singulares torres octogonales, que enmarcan un motivo central de dos niveles delimitados por un balcón. Sobre éste se ubica algo retirado un arco coronado por un frontón. El acceso al interior se produce a través de un profundo arco abocinado, quizás en meditada correspondencia con el de la Iglesia de San Francisco de Asís, de donde partían las procesiones que aquí terminaban los viernes de Cuaresma. En 1932 la firma de arquitectos Morales y Cía. produjo importantes reformas al ampliar la nave central con otras dos laterales e introducir una linterna sobre el crucero, en el espacio que se logró al levantar el alfarje octogonal, del siglo XVIII, que aún existe en el lugar.