El torreón de Bacuranao (ca. 1650), está situado en la desembocadura del río Bacuranao al este de La Habana y cumplía la misión de vigilar la desembocadura del río y la línea del horizonte, en un punto de avanzada para detectar el siempre peligroso tránsito de naves enemigas. Es atribuido a Juan de Herrera y tiene planta cuadrada de cinco metros de lado, muros de mampuesto y dos niveles. El superior estuvo cubierto por un techo a cuatro aguas de madera y tejas de barro. Parece ser que en el terreno tenía una línea de parapeto con troneras, hoy desaparecida. Su ocupación fue la primera acción victoriosa del enemigo, cuando la toma de La Habana por los ingleses.