Aunque este hotel alcanzó su imagen actual en la segunda décad del siglo XX, ya desde 1891 contaba con una apariencia y volumen similares, después de ser unificadas y reconstruidas varias edificaciones colindantes, lo cual explica la irregularidad de su planta.
El núcleo original data de 1856, cuando para formar el hotel se unieron el afamado café “Escauriza”, que ocupaba la esquina, y el edificio contiguo. En 1891 fue ampliado y reconstruido y hacia 1915 se remozó al concluir la construcción de la última planta. La expresión del edificio es el resultado del retoque, a la manera eclécticda e elementos establecidos desde el siglo pasado, como las pilastras adosadas en fachada, los vanos de proporciones verticales con carpenteria de persianas regularmente distribuidos; y el empleo de barandas de hierro en los balcones.
La solución de los pilares del portal, con medias columnas circulares adosadas lateralmente, es reminiscente del diseño empleado en el Palacio del Segundo Cabo. Sobresalen, de este hotel, su patio sevillano, de agradable ambiente, y su ubicación privilegiada en uno de los centros de la ciudad, con magnificas visuales hacia el Parque Central, el Prado y la entrada de la bahia. Se restauró en 1982, según proyecto de Ricardo Pérez Padrón.